Los «normalitos» también podemos ser creativos

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“¿Vos sos la creativa?” me preguntan mientras me miran de pies a cabeza con rostros confundidos, sorprendidos y, hasta a veces, un poco desconfiados cuando entro a una sala de reuniones. Esto es un poco de lo que me ha pasado a lo largo de estos 5 años donde vengo siendo “la directora creativa” de una agencia.
Pero pongámonos en el lugar de los clientes por un momento: entra a tu oficina una muchachita (porque tengo cara de niña) de 1,62 con su agenda de colibrís (true fact), vestida de camisa, pantalón y mocasines, muy bien peinada y con su termo con un líquido de color rosa a decirte cuál va ser el rumbo creativo de tu campaña más importante del año.

Vos, gerente de la empresa o ejecutivo de marketing, que soñás con una campaña “disruptiva” (palabra favorita cuando te piden campañas), una campaña locanga que te haga distinguir de tu competencia, estás esperando que venga un locango (generalmente hombre) con cabello verde, con una polera de una banda de música súper desconocida, con ojeras pronunciadas, tatuajes por doquier y hasta quizás con un olor interesante a hierbas naturales.

Pero en vez de eso me tenés a mí, tomando mi té de frutos del bosque y anotando con mi lapicero color neón en mi libreta de colibrí que está a lado de mi iphone X con un fondo de pantalla de una foto cursi con mi novio.

¡Obvio que te voy a tomar por sorpresa! Y el tema de este artículo es ¿Por qué?

¿Por qué nos imaginamos a las personas creativas luciendo de esta forma? Por qué nos imaginamos que los creativos tienen que verse diferentes a todos, tener una vida desordenada, caótica y, quizás, un estado de salud un poco dudoso.

Quizás te imaginas eso porque vos querés que a tu oficina llegue alguien que sea diferente a vos y vos no te consideras creativo. Querés a alguien perfecto en quien proyectar a tu creativo reprimido; ese lado tuyo que es atrevido, rebelde, libre, que hace lo que le da la gana y que, aunque sentís que tenés alguito de eso, sentís que eso no sos vos.

Pero preguntémonos juntos, ¿qué pasaría si integrás esas cualidades? Es decir, integrar el fondo de ese arquetipo (“el creativo”) sin quedar apantallado con su forma.

¿Qué pasa si descubrieras la esencia de libertad, apertura, osadía?

Yo creo que dejarías de comprar humo empaquetado en poleras de AC DC y te comprarías ideas de valor que equilibren la originalidad con la practicidad, lo disruptivo con lo viable, lo futurista con lo mejor del pasado.

Pero acaso, ¿esto quiere decir que los creativos de perfil locango, hippie o alternativo son unos chantas? ¡Para nada! Pero hay que entender que es sólo un estilo. Un estilo que tiene muchas cosas lindas.

A mí, por ejemplo, me gustan las mandalas, soy vegetariana, pudiera vivir en Samaipata y puedo, a veces, ser una rockera alborotada. Pero esto no tiene nada que ver con mi creatividad.

Es bueno entender que las formas son válidas y reales pero es importante aclarar que la creatividad no solo se refleja en cómo se ven los creativos sino también en su interior, en su conciencia, en su visión del mundo, en su FONDO.

Yo creo que la verdadera creatividad habita en el interior de las personas, la creatividad puede habitar en un abogado que luce siempre un buen traje. Pero es importante mencionar, que ese abogado debe haber pasado por giros interesantes en su vida, debe haber permitido a su mente quebrar muchas ideas, debe haberse dejado muchas veces fallar hasta perder el miedo y debe haber vaciado mucho su mente de pensamientos innecesario para que la creatividad habite en ella, y al mismo tiempo puede usar un traje, oler bien y tener una vida exitosa.

Es por eso que lo que quiero compartir con ustedes hoy es lo siguiente:

“Al creativo no lo descubriremos en su forma sino en su fondo”; en sus conversaciones, en su visión del mundo, en su forma de vida, en su historia y especialmente cuando mires a sus ojos, ya sea de frente o en el espejo a vos mismo, y al mirarlos encontrés curiosidad genuina, deseos de explorar, poco miedo a quebrar creencias y siempre ganas de aprender.

Identificarás la creatividad cuando vos mismo integrés a ese creativo y ya no te dejés llevar por las formas estereotípicas que tiene su puesto, así y solo así, dejarás de promover sin darte cuenta a que algunos avivados sujetos se enfoquen en solo lucir, hablar, bailar, fumar y trabajar como el típico creativo sin centrarse en serlo desde el fondo.  Dejarás de ayudar a que se centren en la forma y no en el fondo de la creatividad.

Pero hoy también podés expiarte de la culpa de no haberlo visto antes aprendiendo sobre la verdadera creatividad.

Y sí, todavía podés usar sacos y mocasines.

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